l 6 de octubre de cada año se celebra el
Día del Ilustre Tradicionalista don Ricardo Palma, día en el que se conmemora
el fallecimiento de quien en vida fue un gran poeta y narrador, teniendo en
cuenta que fue uno de los influyentes de la literatura latinoamericana.
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| Don Manuel Ricardo Palma Soriano (1910) |
Ricardo Palma dio a conocer su
gran talento con la publicación de “Tradiciones Peruanas”.
Ricardo Palma fue quien se hizo cargo de
la renovación de la Biblioteca Nacional, suceso que fue ocasionado por los
saqueos y ataques por parte de tropas chilenas, este hecho fue uno de los
momentos más importantes en la vida de nuestro poeta. Fue en la Biblioteca
Nacional que Ricardo Palma permaneció 28 años en el cargo de bibliotecario, es
ahí en ese momento en que se le dio el apelativo de “Bibliotecario Mendigo”.
El 6 de octubre de 1919 fallece Ricardo
Palma en el distrito de Miraflores. Es por ello que en dicha fecha se le rinde
homenaje a quien fue el patriarca de la literatura peruana.
Manuel Ricardo Palma Soriano (Lima, 7 de febrero de
1833-Lima, 6 de octubre de 1919) fue un escritor, periodista, político,
bibliotecario y lexicógrafo peruano, reconocido principalmente por sus relatos
cortos de ficción histórica reunidos en el libro Tradiciones peruanas. Estuvo
influenciado principalmente por el romanticismo, el costumbrismo y el
tradicionalismo, cultivando prácticamente todos los géneros: poesía, novela,
drama, sátira, crítica, crónica y ensayo. Sus hijos Clemente y Angélica
siguieron sus pasos como escritores. En 1883, fue nombrado director de la
Biblioteca Nacional. Su labor de reconstruir dicha institución, solicitando
libros a otros países, le valió el apelativo de «el Bibliotecario Mendigo». En
1892, representó al Perú en el cuarto centenario del Descubrimiento de América
realizado en Europa.
Biografía
Nació el 7 de febrero de 1833 en Perú (aunque existe
una teoría del monseñor Salvador Herrera Pinto que pone su cuna ocho años antes
en el pueblo de Talavera de la Reyna, Apurímac),[n 1] en el seno de una familia humilde; fue inscrito en la partida de
bautismo como hijo natural de Pedro Ramón Palma Castañeda y de Guillerma
Carrillo y Pardos, a quien muchos consideran la abuela materna y que su madre
fue en realidad Dominga Soriano y Carrillo, la hija de 16 años de esta, con quien Pedro se casaría cuatro años más tarde, el 6 de abril de 1837. Pedro, comerciante mestizo doblaba en edad a Dominga. El matrimonio
Palma-Soriano «fracasó prontamente –según el historiador Oswaldo Holguín Callo– por las diferencias raciales, generacionales y
culturales», y el pequeño Manuel Ricardo, que tenía 9 años, permaneció naturalmente
en la casa paterna.
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| Balneario de Chorrillos 1843 |
Asistió a la escuela para párvulos de Pascual
Guerrero, a la de Antonio Arengo y a la de Clemente Noel. Terminada la
secundaria, siguió leyes en el Convictorio de San Carlos (aunque algunos
cuestionan este dato como una superchería del autor y otros dicen que probablemente
fuera alumno externo).
A los 15 años comenzó su carrera literaria, primero escribiendo
poesía y dramas. Fue a esa edad que empezó a usar, junto con su primer nombre,
el segundo, Ricardo, que después ya utilizaría solo, sin el de Manuel. También
desde joven se mezcló en política, y en 1857 secundó la sublevación del general
Manuel Ignacio de Vivanco contra el presidente Ramón Castilla, por lo que fue
separado del ejercicio de su cargo en el Cuerpo Político de la Armada del Perú.
Realizó sus estudios universitarios en el Convictorio
de San Carlos, el que hacía las veces de Facultad de Derecho de la Universidad
de San Marcos.
Se inició como masón a los 22 años en la logia chalaca
del Callao Concordia Universal, el 4 de julio de 1855, siendo venerable maestro Damián Alzamora, orador Antonio Álvarez del Villar y secretario José Antonio Barboza.
En la Armada, a la que ingresó como oficial tercero en
1853, sirvió en la goleta Libertad, el bergantín Almirante Guisse, el
transporte Rímac —donde el primero de marzo de 1855 estuvo a punto de morir a
consecuencia del naufragio de la nave— y el vapor Loa. Tomó parte en el desembarco de Guayaquil en 1859, durante
la guerra con Ecuador.
En noviembre de 1860 participó en el fallido asalto a
la casa presidencial que acometió un grupo de civiles y militares de tendencia
liberal, liderados por José Gálvez. El fracaso del golpe contra Castilla lo
obligó a abandonar el Perú y el 20 de diciembre se embarcó con destino a Chile.
En Valparaíso, adonde arribó a fines de mes, frecuentó
los salones literarios, fue miembro de la Sociedad de Amigos de la Ilustración
y colaboró en la Revista del Pacífico y en la Revista de Sud-América. Los casi
tres años que pasó en esa ciudad —durante los cuales realizó frecuentes viajes
a Santiago— fueron literariamente «intensos y fructíferos». Allí conoció a José
Victorino Lastarria, Guillermo Blest Gana y otros escritores, y en las revistas
mencionadas publicó textos importantes: poesías, siete tradiciones y lo que
después derivaría en los Anales de la Inquisición de Lima que aparecerían en la
capital peruana a su regreso y con el que puede decirse que «comienza la plenitud
literaria de Palma».
Regresó al Perú en agosto de 1863, después de ser
amnistiado, y en julio del año siguiente fue nombrado cónsul en el Pará,
Brasil, cargo que aparentemente no llegó a ejercer: obtuvo una licencia y viajó
a Europa: El Havre, París, Londres. En 1865 retornó vía Estados Unidos —se
quedó un tiempo en Nueva York—, cuando Perú está ya en pleno conflicto con
España. Con el puerto del Callao bloqueado, Palma desembarca probablemente en
Paita y es nombrado asistente de Gálvez, ministro de Guerra y Marina. Ambos
participan, desde la torre La Merced del Callao, en el combate contra la
escuadra española el dos de mayo de 1866, en el que Galvéz murió cuando una
bomba, disparada desde la fragata española Almansa o desde la Blanca, cayó en
unos depósitos de pólvora. Palma se salva milagrosamente: había abandonado la
torre minutos antes de la explosión.
Tomó parte en la sublevación del coronel José Balta al
año siguiente, y estuvo en prisión y desterrado brevemente en Guayaquil. Balta
lo nombró su secretario particular después de ser elegido presidente en 1868.
Al poco tiempo fue elegido también senador por Loreto, cargo que ejerció hasta 1872. El asesinato de Balta, ocurrido el 26 de julio de 1872, marcó el fin de
la vida política de Palma, que pasa a dedicarse exclusivamente a la literatura.
Tres años más tarde se retiró a Miraflores y, en 1878, se mudó con su familia
al balneario de Chorrillos.
Durante la guerra con Chile participó en la defensa de
Lima. Cuando las tropas de ocupación incendiaron en enero de 1881 su casa,
ubicada en el balneario de Miraflores, Palma perdió su biblioteca y algunos
manuscritos, como el de la novela Los Marañones y sus memorias del gobierno de
Balta. Perdida su casa, se trasladó a Lima donde alquiló una en la calle
Veracruz.
Dos años más tarde, el dueño del diario La Prensa de
Buenos Aires le ofreció el cargo de redactor literario del periódico, pero el
presidente Miguel Iglesias logró convencerlo que aceptara la dirección de la
Biblioteca Nacional, que se encontraba destruida como consecuencia de la guerra
y que durante la ocupación había sido expoliada por los chilenos. Al ocurrir
esos hechos en marzo de 1881, Palma, que era a la sazón subdirector de la
Biblioteca, había redactado una carta de protesta, firmada por él y el
director, Manuel de Odriozola. Esto motivó que el entonces contralmirante Patricio Lynch y
comandante en jefe del ejército de ocupación, dictara prisión contra el escritor, que cumplió primero en el
segundo piso de la misma Biblioteca ocupada y después en un buque en el Callao,
donde pasó 12 días hasta que recuperó la libertad gracias a gestiones de diplomáticos
franceses y brasileños. Odriozola, contra el que también había orden de
arresto, «logró asilarse en la legación norteamericana».
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| Interior de la Casa Museo 'Ricardo Palma' |
Su labor al frente de esta institución constituyó uno
de sus grandes logros de su vida. Fue en aquella época que se ganó el apelativo
de «el Bibliotecario Mendigo», porque, ante el magro presupuesto con el que contaba,
decidió utilizar su prestigio y sus contactos para pedir a personalidades de
diversos países que donaran libros. Gracias a su amistad con el presidente de
Chile Domingo Santa María (1881-1886), consiguió recuperar más de 14 000
volúmenes de manos chilenas. El 28 de julio de 1884 inaugura la biblioteca, que
dirige hasta febrero de 1912, cuando renuncia por discrepancias con el gobierno
de Augusto Leguía, que, en reemplazo, nombra a su enemigo, Manuel
González Prada. La verdad es que el escritor tendrá su desagravio: el nuevo
gobierno del coronel Óscar R. Benavides lo nombrará director honorario de la
Biblioteca en 1914, González Prada será destituido y su puesto lo ocupará el
candidato de Palma, Luis Ulloa. Esto, sin embargo, no durará mucho: en febrero
de 1916 González Prada recupera el cargo y el famoso escritor renuncia a su
nombramiento honorario. Además, ejerció el cargo de fiscal de la Benemérita
Sociedad Fundadores de la Independencia en el periodo 1896-1898 como parte del
consejo directivo presidido por el coronel Isaac Recavarren Gómez.
Ricardo Palma, el Bibliotecario Mendigo, ya convertido
en el patriarca de las letras peruanas, se había retirado en marzo de 1912 a
Miraflores, donde viviría los últimos años de su vida.
Fue miembro correspondiente de la Real Academia
Española (1878) y de la Peruana de la Lengua —que presidió desde su fundación
en 1887 hasta su renuncia en 1918, cuando pasa a ser director honorario—, y de
otras prestigiosas instituciones, como la Gran Logia del Perú.
Vida personal
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| Ricardo Palma y Cristina Román con 5 hijos de la pareja y Clemente Palma |
En 1872, tuvo un hijo natural con la ecuatoriana Clemencia
(o Clementina) Ramírez: Clemente Palma, quien se convertiría en un escritor.
Casado desde 1876 con Cristina Román y Olivier, tuvieron 7 hijos (alguno
fallecido prematuramente): Félix Vital, Angélica, también escritora y una de
las fundadoras del movimiento feminista peruano, Ricardo, Peregrina Augusta,
Cristina, Cristián y Renée Cristina.
Trayectoria
literaria
Solo dos piezas de su periodo inicial han sobrevivido:
el drama Rodil: Drama en tres actos y un prólogo, escrito en prosa y verso
(1851), redescubierto cien años después de su estreno en 1952 por José Jiménez
Borja en la biblioteca del Club Nacional (Palma había destruido prácticamente
todos los ejemplares) y la comedia El santo de Panchita, que escribió en 1859
junto con Manuel Ascencio Segura.
Su primer libro de prosa, Corona patriótica, apareció
en 1853. Dos años más tarde sale Poesías y en 1865, Armonías. Libro de un
desterrado.
Su obra poética no estuvo exenta de polémica: en 1890
publicó A San Martín, poema que provocó la protesta del gobierno chileno, que
lo consideró ofensivo para su país. El último poemario de Palma, Filigranas.
Aguinaldo a mis amigos, apareció dos años más tarde. En 1865, compiló la
antología Lira americana. Colección de poesías de los mejores poetas del Perú,
Chile y Bolivia.
Como periodista, colaboró en numerosos medios
nacionales y extranjeros. A los 15 años, la misma edad en la que hizo su debut
literario, dirigió El Diablo, un periódico político y satírico. Esta última
vena la seguiría explotando en su colaboración con la hoja El Burro (1852), en
1867 sería redactor principal de otro periódico satírico y político, La Campana
y diez años más tarde fundaría, junto con Acisclo Villarán y Manuel Atanasio
Fuentes (conocido como El Murciélago), La Broma (1877-1878). Fue redactor de El
Liberal, El Mercurio, La Revista de Lima —tardío órgano literario del
romanticismo, que llegó a dirigir—; colaborador de El Correo del Perú, donde
publicará numerosas tradiciones, El Correo de Lima, La Patria, El Liberal, La
Prensa (Buenos Aires), El Perú Ilustrado y de muchos otros periódicos y
revistas, tanto peruanas como de otros países.
Palma destacó también en el género histórico. De su
pluma salieron los Anales de la Inquisición de Lima (1863), el polémico
Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia de la independencia (1877)
y su Refutación a un compendio de historia del Perú (Lima 1886). En esta obra,
Palma, que era masón, lanzó un ataque contra los jesuitas tan virulento que
motivó la prohibición, por el Congreso peruano, del establecimiento de esta
orden religiosa en el país y su expulsión.
Como lingüista —Palma fue presidente de la Academia
Peruana de la Lengua desde su fundación, el 5 de mayo de 1887— abogó por la
admisión de nuevos vocablos, lo que quedó reflejado en sus libros Neologismos y
americanismos (1896) y Papeletas lexicográficas (1903).
Tradiciones
peruanas
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| Edición de 1893 de Tradiciones Peruanas |
Artículo
principal: Tradiciones peruanas
Los relatos breves sobre diversos temas, que comenzó a
escribir a principios de los años 1859, más tarde derivarían en sus Tradiciones
peruanas (en rigor, la primera vez que usó el nombre de «tradición peruana» fue
para un texto de 1854 titulado Infernum el hechicero y que nunca fue recogido
en las series). La primera serie fue publicada en 1872 el mismo año en el que,
a raíz del asesinato del presidente José Balta, decide abandonar la política y
consagrarse definitivamente a las letras.
Edición de 1893
de Tradiciones Peruanas.
Los textos que componen las Tradiciones —y que se puede
decir que constituyen un nuevo género, intermedio entre el relato y la crónica—
están construidos a partir de hechos históricos o anécdotas populares de
carácter ligero y burlesco que constituyen un género literario particular. Al
primer volumen, le siguió, dos años después, otro con la segunda serie. En
total, las series fueron seis, a las que hay que agregar Ropa vieja y Ropa
apolillada. El título de Tradiciones peruanas, con el que se conocen hoy el
conjunto de esos libros, fue utilizado por primera vez en la edición
barcelonesa de cuatro tomos (1893-1896). Pero este no fue el fin de la serie:
más tarde publicó Tradiciones y artículos históricos, Cachivaches, Mis últimas
tradiciones peruanas y cachivachería y Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas,
más la edición El Palma de la juventud. Las hijas de Palma, ya muerto el
escritor, se encargaron de hacer la edición definitiva, en seis volúmenes, de
las Tradiciones peruanas, que contó con el apoyo del gobierno peruano.
Las Tradiciones han sido objeto de variados análisis,
y mientras algunos han visto en ellas a un nostálgico del pasado colonial,
otros han considerado que la ironía con la que describe ese pasado esconde una
crítica social. Sea como fuere, e independientemente de las discusiones en torno
a sus méritos literarios, es innegable el impacto que esta obra tuvo en la
narrativa hispanoamericana.
Su estilo de escritura tradicionista es historia en
Lima. La tradición cultivada fuera de Lima y por otra pluma que no sea la de
Palma, no se da bien, tiene poco perfume, se ve falta de color.
El historiador Raúl Porras Barrenechea, por su parte,
calificó a Palma de segundo fundador de Lima, por haber creado la imagen de
esta ciudad y una visión particular sobre su pasado, que a pesar de sus errores
no ha podido ser remplazada todavía.
Tradiciones en
salsa verde
Luego de terminar sus Tradiciones peruanas (conjunto
de textos), desde 1901 escribe una serie de relatos con un tono más procaz u
obsceno.[16] Los temas del conjunto mantienen motivos sugerentes.
En ningún momento Palma se maravilla, ni celebra al contarlo, simplemente relata
hechos o anécdotas.
Ricardo Palma nunca firmó estos textos, aparentemente
para evitar la censura de la sociedad de aquel tiempo. Su publicación no se dio
hasta 1973, cuya primera edición fue producida por Francisco Carrillo y Carlos
Garayar.
Tradiciones en salsa verde está compuesto por
dieciocho narraciones, casi todos son breves en su relato, contexto y conjunto.
Homenajes
póstumos
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| Los restos de Ricardo Palma se encuentran en el Cementerio Presbítero Matías Maestro |
Muchas instituciones educacionales (la Universidad
Ricardo Palma, escuelas varias), culturales, medicinales y de otra índole
llevan su nombre. Hay hoteles, calles, una estación de metro, una feria del
libro (inaugurada en 1972), un centro de esparcimiento bautizados en su honor.
En Miraflores funciona la Casa Museo Ricardo Palma,
que es también un centro de investigación dedicado a la obra del escritor.[22] También existe la Fundación Ricardo Palma.
Monumentos han inmortalizado su figura, y estudiosos
han llenado miles de páginas analizando su obra. El Banco Central puso en
circulación un billete con un retrato de Palma de 10 intis en 1985 (con reverso
de agricultor indígena y cosecha de algodón), que en 1988 se convirtió en uno de
500 000 (con la Iglesia de la Caridad, sede del Primer Congreso Constituyente,
en el reverso); dejó de circular en 1991.
Obras
El hijo del sol, 1849
Rodil: Drama en tres actos y un prólogo, escrito en
prosa y verso, 1851.
La he biográficos, 1855
El santo de Panchita, 1859
Anales de la Inquisición de Lima, ensayo histórico,
Lima, 1863
Congreso constituyente, sátira publicada bajo el
seudónimo de Un Campanero, 1867
Armonías. Libro de un desterrado, poesía, París, 1895
Lira americana. Colección de poesías de los mejores
poetas del Perú, Chile y Bolivia, París, 1895
Pasionarias, poesía, con prólogo de Luis Benjamín
Cisneros; Havre, 1870
Tradiciones, primera serie de su obra magna, Imprenta
del Estado, Lima, 1872
Don Juan del Valle Caviedes, el poeta de la Ribera,
ensayo, 1873
Tradiciones. Segunda serie, Imprenta Liberal de El
Correo del Perú, Lima, 1874
Tradiciones. Tercera serie, Benito Gil Editor, Lima,
1875
Tradiciones. Cuarta serie, Benito Gil Editor, Lima,
1877
Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia
de la independencia, ensayo, Lima, 1877
Tradiciones. Quinta serie, edición de Carlos Prince,
Lima, 1883 (Prince, además, publica asimismo las cuatro anteriores)
Tradiciones. Sexta serie, edición de Carlos Prince,
Lima, 1883
El demonio de los Andes, tradiciones sobre el
conquistador Francisco de Carvajal, Imprenta de Las Novedades (periódico en el
que Palma colaboraba), Nueva York, 1883 (2.ª edición: Casa Maucci, Barcelona /
Buenos Aires, 1911)
Enrique Heine. Traducciones, realizadas sobre la versión
francesa de Gérard de Nerval, 1886
Refutación a un compendio de historia del Perú, contra
el libro del jesuita Ricardo Cappa, Lima, 1886
Poesías, antología que recoge la mayoría de su lírica;
lo acompañó, como prólogo, del estudio La bohemia limeña de 1848 a 1860.
Confidencias literarias; 1887
Ropa vieja, sétima serie de Tradiciones; Imprenta del
Universo, de Carlos Prince, Lima 1889.
Cristián, librito de homenaje publicado en edición
privada por los Palma al hijo del escritor fallecido a los diez meses; Lima,
1889
Tradiciones peruanas, primera edición extranjera de
esta obra; Buenos Aires, 1890
A San Martín, poema, Lima, 1890
Ropa apolillada, octava y última serie de Tradiciones;
Imprenta del Universo, de Carlos Prince; Lima, 1891
Filigranas. Aguinaldo a mis amigos, su último
poemario, Lima, 1892
Tradiciones peruanas, 4 volúmenes, Montaner y Simón,
Barcelona, 1893-96
Neologismos y americanismos, Lima, 1896
Recuerdos de España, sobre su viaje de 1892; Buenos
Aires, 1897 (reeditadas con el título Recuerdos de España, precedidos de La
bohemia de mi tiempo, Lima, 1899)
Tradiciones y artículos históricos, Lima 1899
Cachivaches, artículos literarios y bibliográficos;
Lima, 1900
Dos mil setecientas voces que hacen falta en el
Diccionario. Papeletas lexicográficas, Lima, 1903
Mis últimas tradiciones peruanas y cachivachería, Casa
Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1906
Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas, Casa
Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1910
Poesías completas, Barcelona, 1911
Tradiciones selectas del Perú, A. J. Sagrestán y Cía.,
Callao, 1911
Las mejores tradiciones peruanas, seleccionadas y
prologadas por Ventura García Calderón y acompañadas de una breve
autobiografía; Casa Maucci, Barcelona, 1917
El Palma de la juventud, Lima, 1921* Epistolario, 1862-1918,
edición de Augusta y Renée Palma con prólogo de Raúl Porras Barrenechea, dos
tomos; Editorial Cultura Antártica, Lima, 1949
Tradiciones peruanas, edición auspiciada por el
gobierno peruano y supervisada por sus hijas; 6 volúmenes, Espasa-Calpe, Madrid,
1923-25
Tradiciones peruanas, la primera edición peruana
completa de las tradiciones de Palma; 6 volúmenes, Editorial Cultura Antártica,
Lima, 1951
Tradiciones peruanas completas, a cargo de Edith
Palma, nieta del escritor e hija de Clemente Palma; Aguilar, Madrid, 1952
(varias reediciones; incluye también los Anales de la Inquisición de Lima, La
bohemia de mi tiempo y Recuerdo de España, artículos, los "prólogos”
humorísticos que acompañaban algunas series, y numerosos apéndices)
Cartas indiscretas, edición de Carlos Mirón; F.
Moncloa, 1969
Epistolario general, tres volúmenes con prólogo, notas
e índices de Miguel Ángel Rodríguez Rea; Universidad Ricardo Palma, Editorial
Universitaria, Lima, 2005-2006
Tomo 1: cubre los años que van de 1846 hasta 1891, 2005;
Tomo 2: de 1892 a 1904, 2006; Tomo 3: de 1905 hasta 1919, 2006
Tradiciones en salsa verde, primera edición, Lima
1973, Ediciones de la Biblioteca Universitaria de Lima. |
| Escultura a Ricardo Palma en Bogotá |
Tomado de la web: https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Palma