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uego de la pichanga futbolera del 22 de
octubre, cuatro de los sobre-vivientes (porque, como comprenderán, el esfuerzo
ya es mayúsculo para quienes, como nosotros, ya pasamos la barrera de los 60,
¿verdad?), bastante fatigados pero, igualmente, felices de un desgaste que, a
la postre, nos resulta beneficioso. Conversando entre nosotros, concordamos que
estas pichangas, tanto como que nos son ocasión para frecuentarnos, tener
ratios de la exquisita tertulia propia de sesentones (aunque muchas veces hemos
disfrutado de la grata compañía de calichines de juveniles promociones),
concluimos que nos hacen bien para la salud e, incluso, desestresándonos. Decíamos
que luego de la pichanga futbolera nos trasladamos al Restaurante Berisso, de la
Av. Arenales 1110, Jesús María, donde degustamos una riquísima taza de café,
acompañada de unos pasteles de acelga y carne. ¡Para qué más!
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De izquierda a derecha: Ángel Paz, Luís Lingán, Manuel Oré y Emilio León |
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