Escribe: Américo García Maldonado
H
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ugo Guerrero
Marthineitz fue un locutor, periodista y animador televisivo que triunfó en la
Argentina. Nació en Lima, un 11 de agosto de 1924; tuvo 3 hijos: Gabriela, Hugo
y Diego.
En 1941 se
inició en la radiofonía peruana en un programa de noticias. Llegó a Buenos
Aires en 1955, contratado para animar el programa “El club de los discómanos”
en Radio Carve, luego de trabajar en Chile y Uruguay. Fue, junto a Héctor
Larrea, Antonio Carrizo y Jorge “Cacho” Fontana el grupo de los mejores
locutores de radio de la Argentina de las últimas décadas.
Hugo solía
contar que sus inicios en Argentina fueron muy duros. No era aceptado por sus
colegas, No soportaban su sonrisa burlona y sus silencios prolongados frente al
micrófono, ni mucho menos que un hombre de tez cobriza y con dejo extranjero
impusiera un estilo distinto al tradicional. Decían de él: “Ché… ¿Qué se cree
este negro?” “¿Qué nos va a venir a enseñar a nosotros?” Hugo, siguió en la
suya y, con el paso del tiempo, sus detractores cambiaron de opinión. Y lo
apodaron “El peruano parlanchín”.
Es considerado
un prócer de la radiofonía argentina. Un innovador. Locutores radiales y
presentadores de TV lo toman como referente. Fue el primero en sacar oyentes en
vivo por la radio, en la que condujo exitosos programas como “El show del
minuto” en Radio Belgrano, “El club de los discómanos”, “Splendid Show”, “Reencuentros”.
Condujo un programa televisivo: “Séptima noche”. Su programa combinó
entrevistas, debates y comentarios, así como sus revisiones exhaustivas de la
música, el teatro y el cine. Publicó su primer libro de poemas “Señoras y
señores, toda esta gente”, en 1962. En una oportunidad, por la década de los
60, Nicomedes Santa Cruz, visitó Argentina e hizo su presentación en el Teatro
Municipal de Buenos Aires con su espectáculo “Ritmos negros del Perú”. Hugo, lo
entrevistó por la radio. Hablaron de sus Décimas, del folclore afroperuano y de
política. Todo venía bien, hasta se trataban de “hermano”. Cuando charlaron
sobre el gobierno de facto de Juan Velasco Alvarado todo cambió, Nicomedes
defendió la política de Velasco. Guerrero no lo soportó y lo echo de su
programa, así era él, no se andaba con vueltas. A veces soberbio e
intolerante.
Recibió un
Premio KONEX (el mayor honor de la televisión argentina) por su programa en
1981. En radio Del Plata condujo: “Guerrero de noche”. En 1984, comenzó su
ciclo televisivo “A solas”, que consistía en entrevistas a personajes y
celebridades abordando los más variados temas de actualidad, como política,
económica, arte y demás. Por esta labor obtuvo el premio “Martín Fierro”.
En la época de
la dictadura militar argentina, siendo presidente el general Jorge Rafael
Videla, Hugo Guerrero tuvo la valentía de decir en su programa: “Si quiere ser
presidente de Argentina postule a la escuela Militar”. Tales palabras le
costaron la clausura. No fue novedad para él, ya había sido clausurado por
otros gobiernos militares y democráticos.
Algunas de sus frases célebres:
·
“Yo no vine a la Argentina a
aprender, yo vine a aplicar mis conocimientos.”
·
“Yo soy un loco de mierda que
habla solo ante un micrófono. Fui y sigo siendo un mediocre que da examen todos
los días.”
·
“¿Hasta cuándo vamos a seguir
esquilmando la atención que nos dispensan quienes oyen radio, quienes miran
televisión?”
·
“Yo no soy una empresa. Soy un
individuo que piensa... pero ojo, no sé si existo.”
·
“La TV se auto reprimió los
primeros planos debido a un ridículo respeto hacia las arrugas de los artistas.”
·
“En nuestro mediocre medio
televisivo todos son fracasados aunque sean estrellas, todos empezaron alguna
carrera que no terminaron. Yo estoy orgulloso de no tener ni la primaria
completa.”
·
“El atractivo de las ciudades es
la ingratitud de la gente. No somos civilizados, somos humanos.”
·
“Creo que no soy más agresivo que
el que trata de difundir su bondad.”
·
“Recién ahora recuerdan que los
indígenas son ciudadanos argentinos.”
Guerrero
Marthineitz, fue nuevamente galardonado en 1987 con el Premio Konex de Platino
Radial. En 2007, recibió de parte de la institución de educación terciaria
Eter, el Premio a la Trayectoria. Publicó los libros “De hastío, los gatos y
los días”, en 1976, y “Pasto de sueños”, en 1996, entre otros.
Un fumador
empedernido, fue diagnosticado con cáncer de vejiga a fines de 2000.
Recuperada su salud, Guerrero Marthineitz regresó a su clásico “A solas”.
Se retiró de la transmisión en 2006, para volver en 2009 con “Ahí donde está el
silencio” en Radio Rivadavia.
Tanto su
economía como su salud se deterioraron. Escasearon los contratos de radio, no
pudo cobrar deudas atrasadas y se quedó sin hogar.
Fue desalojado en mayo de 2010. En una ocasión dijo: “A veces, duermo en la calle”.
Guerrero fue llevado al hospital de Clínicas de Buenos Aires en julio, y murió
allí en agosto de un paro cardíaco a los 86 años. Sus restos descansan en el
cementerio de Chacarita, en el barrio del mismo nombre.
Hugo Guerrero
Marthineitz, un inmigrante peruano con un acento inconfundible, una sonrisa
particular y muy inteligente, fue uno de los personajes radiales más
influyentes de la Argentina. Un peruano que dejó muy en alto el nombre del Perú.
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