viernes, 17 de mayo de 2019

ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA - SÁBADO 8 DE JUNIO DEL 2019, 6:30 P.M.


“Año conmemorativo al 50 aniversario de los egresados de la Promoción 1969”

COMUNICADO Nº 001-2019/AC

ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA – SÁBADO 8 DE JUNIO DEL 2019

Por la presente citamos a todos ustedes, distinguidos socios y socias de la Asociación Coronadina, a la Asamblea General Ordinaria a realizarse el sábado 8 de junio del 2019, Horas: 6.30 p.m. 1ra. citación, y 7.00 p.m. 2da. citación; en uno de los ambientes a nuestra disposición en nuestro colegio, IE 105 Pedro Coronado Arrascue, sito en la Av. Alfonso Ugarte 120, Lima.

Agenda a tratar:

1-Informe y balance general de la Junta Directiva.
2-Celebración por el 50 aniversario de los egresados de la Promoción 1969.
3-Otros.

Esperando contar con vuestra participación responsable, quedamos de todos Uds.

Atentamente.

Luís Alberto Lingán Paredes
PRESIDENTE – Asociación Coronadina
        
Lima, 17 de mayo del 2019

jueves, 2 de mayo de 2019


Testigo de dos tragedias
Escribe: Américo García Maldonado

Un 24 de mayo de 1964, los seleccionados Sub 23 de Perú y Argentina se enfrentaban por un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Aquella tarde de domingo nadie presagiaba que el Estadio Nacional de Lima se convertiría en un infierno, causando la muerte de más de 300 personas y medio millar de heridos. La tragedia más grande en la historia del fútbol mundial.

Ambas escuadras llegaban a esa instancia en forma invicta. A Argentina le bastaba el empate para clasificar. Perú, dependía de sí mismo, aun le faltaba jugar con Brasil. La selección peruana, dirigida por Marinho de Oliveira, formó aquel día con: Barrantes, Ángel Guerrero, Javier Castillo, Héctor Chumpitaz y Sánchez; Armando Lara, Enrique Rodríguez y Luis Zavala; Enrique Casaretto, Inocencio La Rosa y Víctor ‘Kilo’ Lobatón. Por los argentinos: Cejas, Morales, Bertolotti, Sesana, Mori, Perfumo, Pérez, Malleo, Domínguez, Ochoa y Manfredi.

El árbitro Ángel Pazos explica su decisión de
anular el gol
Un partido disputado con bravura. Poco fútbol y mucho roce. A los 18 minutos, luego de un rechazo del arquero Barrantes, una media vuelta de Néstor Manfredi puso el 1 a 0 que enmudeció a los más de 50 mil espectadores del Estadio Nacional. Las ilusiones de clasificar a las Olimpiadas parecían desvanecerse. Perú no se achica y sigue bregando por el empate. La hinchada no para de alentar. Argentina se repliega esperando el contra ataque. A 10 minutos de finalizar el partido, un mal rechazo del zaguero Morales rebota en la zurda de “Kilo” Lobatón logrando vencer la valla de Mario Agustín Cejas. Gol, empate y júbilo total. El árbitro uruguayo Ángel Pazos anula el tanto aduciendo jugada peligrosa (plancha) del puntero izquierdo. Algo que solo él vio.

A partir de ese instante estalló la ira del público. Víctor Vásquez Campos, un delincuente conocido como “Negro Bomba”, invadió el campo de juego con la intención de agredir al árbitro. Fue brutalmente golpeado por la Policía Nacional, lo mismo ocurrió con Edilberto Cuenca, otro espectador que intentó defenderlo.

“Kilo” Lobatón logra el empate, pero, el árbitro uruguayo anula el gol originando los graves sucesos
Víctor Vásquez, “Negro Bomba”, es frenado por la policía 
en su intento de agredir al árbitro
Y vino la hecatombe. Desde las tribunas comenzaron a arrojar botellas, cojines, maderas de las butacas rotas. Y se prenden fogatas. La respuesta de la policía no se hizo esperar. El comandante Jorge Azambuja dio la orden y empezó el lanzamiento de gases lacrimógenos.

El pánico se apoderó del público, en especial en la tribuna Norte, donde tres de las seis puertas estaban cerradas. La muchedumbre buscó las salidas del estadio y se encontró con los accesos bloqueados. Se pisotearon unos a otros. La mayoría de las víctimas falleció por asfixia y aplastamiento. Ya en las afueras del estadio, se produjo una estampida y el enfrentamiento con los policías. Hubo saqueos a comercios, destrozos y quema de automóviles. Caos total.

La policía trata de controlar la situación. En la imagen, 
los jugadores Luis Zavala y Héctor Chumpitaz. A la derecha 
el árbitro Ángel Pazos
Ante la magnitud de la tragedia, el torneo se suspendió quedando pendientes varios partidos. Argentina obtuvo el título y la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. El 7 de junio, Brasil y Perú jugaron en Río de Janeiro para ver quien acompañaba a los argentinos a Japón. Ganó Brasil 4 a 0. Pero eso solo fue anecdótico porque la verdadera pérdida ocurrió el 24 de mayo.

"La policía no soltó a los perros, pero sí dejó que lo mordieran y que le rompieran la ropa", "A la gente no le gustó la manera en que estaban sacando al aficionado de la cancha. Los volvió locos" recordaba Héctor Chumpitaz. "Estuvimos dos horas en el camarín, así que no supimos la magnitud de lo que estaba pasando…regresando a la concentración íbamos escuchando la radio y hablaban de 50 muertos, 150, 200, 300...". “Tras la tragedia, regresé a Cañete y hasta pensé en dejar el fútbol, tenía 21 años”.

Cuatro años después ocurrió otra catástrofe. Fue el 23 de junio de 1968 en el estadio de River Plate en Buenos Aires, Argentina. Y es conocido como “La tragedia de la puerta 12”.

Aquel día de invierno, River y Boca se enfrentaron por el torneo Metropolitano. 90 mil personas colmaron el Monumental de Núñez. El encuentro aburrido finalizó en empate a cero, pero lamentablemente el resultado no fue lo importante aquella triste noche.

El clima era peligroso. Algunos hinchas boquenses habían quemado banderas de River. Otros arrojaban cohetes, monedas y vasos con orina a los que estaban en la parte baja de la tribuna. Hubo trompadas y pequeñas avalanchas.

A 10 minutos de finalizar, la hinchada xeneise decide retirarse del estadio. Todos enrumban hacia la puerta 12, la misma puerta por donde habían ingresado los visitantes. Desgraciadamente la puerta estaba cerrada. Nadie lo sabía y, ante la incertidumbre, se produjo una avalancha que acabó siendo fatídica. 71 hinchas murieron asfixiados y pisoteados.
Unos decían que la puerta estaba obstaculizada por los molinetes, otros que estaba totalmente cerrada. También se afirmó que la culpa fue de la Policía que obligó por la fuerza a volver a entrar a muchos aficionados y por ese motivo se produjo la desgracia. Nunca se supo la verdad de la historia.

“En un principio era una avalancha normal, luego se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico. La gente que estaba abajo quería subir. Estábamos uno arriba de otro. No podía respirar. Me caí y después me desmayé. Yo me salvé de milagro. La gente me ayudó porque era el más joven de todos. Apenas tenía 14 años. Nunca más fui a ver a Boca”, contaba un sobreviviente al diario Clarín.

Antonio Roberto Cabrera, único jugador
que estuvo presente en las dos tragedias
El argentino Antonio Roberto Cabrera fue el único jugador que vivió en carne propia estas dos historias tristes. Primero, la tragedia de Lima en 1964 cuando integraba el plantel de su país. Cuatro años después, en 1968, jugando un clásico por Boca frente a River, con la tragedia de la puerta 12.

Roberto “Chacho” Cabrera, era futbolista rudo y batallador. Se inició como puntero derecho jugando en Atlanta, luego fue llamado al equipo Preolímpico argentino, y más tarde jugaría como medio campista en Boca Juniors. 

Cabrera, recuerda que "la causa de las muertes en las dos canchas fue la misma: las puertas de salida estaban cerradas. En verdad, el día de la Puerta 12, yo recién me enteré de la tragedia cuando regresaba a mi casa a través de la radio del auto".

"En cambio, en Perú, yo viví ese horror dentro de la cancha. Fue terrible. Y los jugadores argentinos nos salvamos de morir porque la policía peruana nos defendió con los perros. Si no, nos mataban también a nosotros." ”Fueron dos hechos traumáticos que me marcaron para siempre, imágenes que mi mente jamás borrará”, contaba Cabrera tiempo después.

La policía argentina  inspecciona los molinetes en la fatídica puerta 12 del estadio de River Plate 
Roberto Cabrera, único jugador que estuvo en esas dos tragedias que enlutaron al fútbol…