martes, 28 de octubre de 2014

¿Se siente bloqueado de las bendiciones del Señor?

¿Se siente bloqueado de las bendiciones del Señor?

Perdonar a alguien puede ser difícil. ¿Por qué tenemos que perdonar a los demás?

H
ubo un tiempo cuando me negué a perdonar a causa de la herida que sufría. Al no perdonar el favor de Dios se secó. De hecho, tuve un montón de problemas en la vida y nada parecía ir bien. Se abrió la puerta para robarme la paz y la alegría.

En realidad, el perdón no es sólo acerca de los demás. Se trata de nuestra propia obediencia y el crecimiento espiritual. El amor y el perdón no se pueden separar. Si optamos por vivir el amor de Dios como el propósito de nuestra vida, entonces perdonar es una opción que no se puede evitar.

1 Juan 4:12 “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.”

Lo que he aprendido es que debemos perdonar rápidamente antes que el gallo se enfríe. ¿Qué quiero decir con esto? Teniendo cuidado de la amargura y el dolor rápidamente antes de que las raíces de la falta de perdón se apoderen de mi corazón.

Debido a que me negué a perdonar por una temporada, se hizo más difícil de dejar ir. Tuve un bastión de amargura con una gran cantidad de tormento mental. Me despertaba en medio de los sentimientos de lucha noche de dolor y enojo.

¿Te has sentido alguna vez separado de Dios? Ejemplo: Me gustaría orar y sentía mis oraciones rebotando en la pared. Me sentía desconectada.

La amargura lo separará a usted.

Mateo 22: 36-40
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Éste es el primero y gran mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

Se nos manda a amar a Dios, los demás y a uno mismo.

Cuando una persona ha sido herida por otro, a veces es difícil perdonar. Se necesita pulsar en y perdonar sin importar cómo te sientes. Lo que he aprendido a hacer es separar a la persona de su pecado. El pecado es un ser y tiene una voz. Pablo dijo, a 20 años de su ministerio en Romanos 7:17 “17 De manera que ya no soy yo quien obra aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Porque yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien lo tengo a mi alcance, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso es lo que pongo por obra. 20 Y si lo que no quiero, eso es lo que hago, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Encuentro, pues, esta ley: Que, queriendo yo hacer el bien, el mal está presente en mí.”

¿Cómo puedo lidiar con el daño y el dolor? Tengo que entregar a la persona al Señor. Pido al Señor que lidie con ellos y luego yo les perdono por el pecado que tiene una bodega de ellos para hacerme daño.

Lo más difícil creo que en todas las Escrituras es Mateo 5:44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;”

¡Eso no es fácil! Así, cada vez que tengo la memoria de lo que ellos hicieron, yo eligió perdonarlos y bendecirlos. Me niego a volver a tocar de nuevo esa memoria de otro modo, cuando lo hago me sale un bastión del pensamiento.

Una vez más, cuando me negué a perdonar hace muchos años, se hizo muy difícil perdonar. Sentí que el mundo de los demonios me atormentaba sin ningún fin. Podía oírlos, a causa de mi dolor profundo, diciéndome que acabara con ello. Me quedé atrapado por la falta de perdón.

¿Cómo obtener libertad? Un muy buen amigo, una mujer piadosa, vio mi lucha y me invitó e hizo la liberación en mí. Entonces, yo fui capaz de perdonar a esa persona que me hirió profundamente. Después de que las maldiciones salieron de mi camino y las bendiciones regresaron.

[Nota del editor: En efecto, cuando perdonamos no solo nos hacemos un bien a nosotros mismos pero, porque Dios es perdonador, al perdonar actuamos igual que Dios, identificándonos con él o, visto de otro ángulo, permitimos que mediante nuestro perdón la persona que nos hizo mal siga alcanzando gracia y misericordia de Dios: nuestro perdón es una puerta para quienes nos hicieron daño, para aún tener la oportunidad de entrar y entablar tratos con el Dios compasivo.]

Traducido del español del tratado en inglés Are Curses Getting In Your Way of Blessings!, de la Web http://us4.campaign-archive2.com/?u=2a86e31ff6b461e910dc3a06f&id=d2457eafaa&e=ea515ccd53


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