viernes, 22 de febrero de 2019

“El peruano parlanchín”

Escribe: Américo García Maldonado


H
ugo Guerrero Marthineitz fue un locutor, periodista y animador televisivo que triunfó en la Argentina. Nació en Lima, un 11 de agosto de 1924; tuvo 3 hijos: Gabriela, Hugo y Diego. 

En 1941 se inició en la radiofonía peruana en un programa de noticias. Llegó a Buenos Aires en 1955, contratado para animar el programa “El club de los discómanos” en Radio Carve, luego de trabajar en Chile y Uruguay. Fue, junto a Héctor Larrea, Antonio Carrizo y Jorge “Cacho” Fontana el grupo de los mejores locutores de radio de la Argentina de las últimas décadas. 

Hugo solía contar que sus inicios en Argentina fueron muy duros. No era aceptado por sus colegas, No soportaban su sonrisa burlona y sus silencios prolongados frente al micrófono, ni mucho menos que un hombre de tez cobriza y con dejo extranjero impusiera un estilo distinto al tradicional. Decían de él: “Ché… ¿Qué se cree este negro?” “¿Qué nos va a venir a enseñar a nosotros?” Hugo, siguió en la suya y, con el paso del tiempo, sus detractores cambiaron de opinión. Y lo apodaron “El peruano parlanchín”.

Es considerado un prócer de la radiofonía argentina. Un innovador. Locutores radiales y presentadores de TV lo toman como referente. Fue el primero en sacar oyentes en vivo por la radio, en la que condujo exitosos programas como “El show del minuto” en Radio Belgrano, “El club de los discómanos”, “Splendid Show”, “Reencuentros”. Condujo un programa televisivo: “Séptima noche”. Su programa combinó entrevistas, debates y comentarios, así como sus revisiones exhaustivas de la música, el teatro y el cine. Publicó su primer libro de poemas “Señoras y señores, toda esta gente”, en 1962. En una oportunidad, por la década de los 60, Nicomedes Santa Cruz, visitó Argentina e hizo su presentación en el Teatro Municipal de Buenos Aires con su espectáculo “Ritmos negros del Perú”. Hugo, lo entrevistó por la radio. Hablaron de sus Décimas, del folclore afroperuano y de política. Todo venía bien, hasta se trataban de “hermano”. Cuando charlaron sobre el gobierno de facto de Juan Velasco Alvarado todo cambió, Nicomedes defendió la política de Velasco. Guerrero no lo soportó y lo echo de su programa, así era él,  no se andaba con vueltas. A veces soberbio e intolerante.

Recibió un Premio KONEX (el mayor honor de la televisión argentina) por su programa en 1981. En radio Del Plata condujo: “Guerrero de noche”. En 1984, comenzó su ciclo televisivo “A solas”, que consistía en entrevistas a personajes y celebridades abordando los más variados temas de actualidad, como política, económica, arte y demás. Por esta labor obtuvo el premio “Martín Fierro”.

En la época de la dictadura militar argentina, siendo presidente el general Jorge Rafael Videla, Hugo Guerrero tuvo la valentía de decir en su programa: “Si quiere ser presidente de Argentina postule a la escuela Militar”. Tales palabras le costaron la clausura. No fue novedad para él, ya había sido clausurado por otros gobiernos militares y democráticos.

Algunas de sus frases célebres: 

·         “Yo no vine a la Argentina a aprender, yo vine a aplicar mis conocimientos.”
·         “Yo soy un loco de mierda que habla solo ante un micrófono. Fui y sigo siendo un mediocre que da examen todos los días.” 
·         “¿Hasta cuándo vamos a seguir esquilmando la atención que nos dispensan quienes oyen radio, quienes miran televisión?” 
·         “Yo no soy una empresa. Soy un individuo que piensa... pero ojo, no sé si existo.” 
·         “La TV se auto reprimió los primeros planos debido a un ridículo respeto hacia las arrugas de los artistas.” 
·         “En nuestro mediocre medio televisivo todos son fracasados aunque sean estrellas, todos empezaron alguna carrera que no terminaron. Yo estoy orgulloso de no tener ni la primaria completa.” 
·         “El atractivo de las ciudades es la ingratitud de la gente. No somos civilizados, somos humanos.” 
·         “Creo que no soy más agresivo que el que trata de difundir su bondad.” 
·         “Recién ahora recuerdan que los indígenas son ciudadanos argentinos.”

Guerrero Marthineitz, fue nuevamente galardonado en 1987 con el Premio Konex de Platino Radial. En 2007, recibió de parte de la institución de educación terciaria Eter, el Premio a la Trayectoria. Publicó los libros “De hastío, los gatos y los días”, en 1976, y “Pasto de sueños”, en 1996, entre otros.
Un fumador empedernido, fue diagnosticado con cáncer de vejiga a fines de 2000.  Recuperada su salud, Guerrero Marthineitz regresó a su clásico “A solas”. Se retiró de la transmisión en 2006, para volver en 2009 con “Ahí donde está el silencio” en Radio Rivadavia.

Tanto su economía como su salud se deterioraron. Escasearon los contratos de radio, no pudo cobrar deudas atrasadas ​​y se quedó sin hogar. Fue desalojado en mayo de 2010. En una ocasión dijo: “A veces, duermo en la calle”. Guerrero fue llevado al hospital de Clínicas de Buenos Aires en julio, y murió allí en agosto de un paro cardíaco a los 86 años. Sus restos descansan en el cementerio de Chacarita, en el barrio del mismo nombre.

Hugo Guerrero Marthineitz, un inmigrante peruano con un acento inconfundible, una sonrisa particular y muy inteligente, fue uno de los personajes radiales más influyentes de la Argentina. Un peruano que dejó muy en alto el nombre del Perú.




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